Gestionando identidades en las AAPP

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Cuando hablamos de gestión de accesos nos referimos al proceso de controlar quién tiene permiso para acceder a ciertos recursos dentro de una organización, ya sean datos, aplicaciones o infraestructuras. Este control se realiza mediante la identificación, autenticación y autorización de los usuarios, asegurando que solo las personas adecuadas tengan acceso a la información correcta en el momento preciso.

La importancia de la gestión de accesos radica en su capacidad para proteger la integridad, confidencialidad y disponibilidad de los recursos de una organización. En un mundo donde las amenazas cibernéticas son cada vez más sofisticadas y frecuentes, garantizar que solo los usuarios autorizados puedan acceder a información sensible es fundamental para prevenir brechas de seguridad y proteger los activos de cada casa. Además, una gestión de accesos eficiente ayuda a cumplir con regulaciones y normativas de privacidad, como GDPR, que exigen un control riguroso sobre quién puede acceder a los datos personales.

Las tecnologías utilizadas en la gestión de accesos son variadas y evolucionan constantemente para adaptarse a las nuevas amenazas y necesidades del mercado. Entre las más comunes se encuentran los sistemas de gestión de identidades y accesos (IAM), que permiten administrar de manera centralizada las identidades digitales y los permisos de acceso. Estos sistemas suelen incluir funcionalidades como el inicio de sesión único (SSO), que facilita el acceso a múltiples aplicaciones con una sola autenticación, y la autenticación multifactor (MFA), que añade capas adicionales de seguridad al requerir múltiples formas de verificación.

Otra tecnología relevante es el control de acceso basado en roles (RBAC), que asigna permisos a los usuarios en función de sus roles dentro de la organización. Esto simplifica la administración de accesos y reduce el riesgo de errores humanos al garantizar que los usuarios solo tengan los permisos necesarios para realizar sus tareas. También se utilizan tecnologías de control de acceso basado en atributos (ABAC), que permiten una mayor granularidad al considerar múltiples atributos, como la ubicación del usuario o el tipo de dispositivo, para determinar los permisos de acceso.

Sin embargo, uno de los principales inconvenientes es la complejidad de su implementación y mantenimiento de estas tecnologías, especialmente en organizaciones grandes con múltiples sistemas y aplicaciones. La integración de diferentes herramientas y la gestión de un gran número de identidades pueden resultar complicadas y requerir muchos recursos. Además, la dependencia de tecnologías avanzadas puede generar preocupaciones sobre la privacidad y la protección de datos, ya que la recopilación y almacenamiento de información personal para la autenticación pueden ser vulnerables a ataques.

Crecimiento del mercado

Una buena muestra de la importancia de estas tecnologías está en que el mercado de la gestión de identidad y acceso (IAM) ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. En 2022, el valor del mercado se estimó en aproximadamente 12.000 millones de dólares, pero se espera que este mercado crezca a una tasa compuesta anual (CAGR) del 13% hasta 2032, impulsado por la adopción exponencial de servicios de computación en la nube en múltiples industrias.

Además, un informe de MarketsandMarkets señala que el volumen total del mercado de gestión de identidades y accesos alcanazará los 34.300 millones de dólares en 2029, lo que representa un incremento medio anual del 8,4%. Este crecimiento se debe a la cada vez mayor necesidad de soluciones de seguridad avanzadas y la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático.

Además, las tecnologías móviles están revolucionando la gestión de accesos. En 2024, se espera que las soluciones móviles ofrezcan una integración más completa y conveniente. Desde el acceso mediante smartphones hasta la gestión remota de dispositivos, las posibilidades son infinitas. Además, la autenticación multifactor (MFA) y las soluciones de registro único (SSO) están ganando popularidad debido a su capacidad para mejorar la seguridad y la experiencia del usuario.

Cómo implementarla

Pero la tecnología por sí sola no basta. Implementar una buena política de gestión de accesos es esencial para garantizar la seguridad y eficiencia en cualquier organización. Este proceso implica una serie de pasos y consideraciones que deben ser abordados con cuidado para asegurar que solo las personas adecuadas tengan acceso a los recursos correctos en el momento preciso.

El primer paso en la implementación de una política de gestión de accesos es definir claramente los objetivos y alcances. Esto incluye identificar qué recursos necesitan protección, quiénes son los usuarios que necesitan tener acceso y qué nivel del mismo es necesario para cada uno de estos roles. Es fundamental realizar un análisis exhaustivo de los perfiles y responsabilidades dentro de la organización para establecer una base sólida sobre la cual construir la política.

Una vez definidos los objetivos, el siguiente paso es seleccionar las tecnologías adecuadas. Los sistemas de gestión de identidades y accesos (IAM) son una opción popular, ya que permiten administrar de manera centralizada las identidades digitales y los permisos de acceso. Estos sistemas suelen incluir funcionalidades como el inicio de sesión único (SSO) y la autenticación multifactor (MFA), que añaden capas adicionales de seguridad. Además, es importante considerar tecnologías de control de acceso basado en roles (RBAC) y control de acceso basado en atributos (ABAC), que permiten una mayor granularidad en la asignación de permisos.

La implementación de la política debe ser meticulosa y bien planificada. Es crucial involucrar a todas las partes interesadas, incluyendo a los departamentos de TI, recursos humanos y seguridad, para asegurar que la política sea comprensiva y aplicable a toda la organización. Durante esta fase, se deben establecer procedimientos claros para la creación, modificación y eliminación de cuentas de usuario, así como para la asignación y revocación de permisos de acceso.

La capacitación y concienciación de los empleados es otro aspecto vital. Todos los usuarios deben entender la importancia de la gestión de accesos y cómo seguir las políticas establecidas. Esto incluye la formación sobre buenas prácticas de seguridad, como el uso de contraseñas fuertes y la identificación de intentos de phishing. La concienciación continua y las actualizaciones periódicas son esenciales para mantener a los empleados informados sobre las últimas amenazas y medidas de seguridad. No en vano, y como se suele decir siempre, el eslabón más débil de la cadena de seguridad es siempre el humano.

Una vez implementada, la política de gestión de accesos debe ser monitoreada y revisada regularmente. Es importante realizar auditorías periódicas para asegurar que los permisos de acceso se mantengan actualizados y que no existan cuentas inactivas o con permisos innecesarios. Las auditorías también ayudan a identificar posibles brechas de seguridad y áreas de mejora. Además, la política debe ser flexible y adaptable, permitiendo ajustes en respuesta a cambios en la estructura organizativa, nuevas amenazas o avances tecnológicos.

A pesar de los beneficios, la implementación de una política de gestión de accesos también presenta desafíos. La complejidad de integrar diferentes sistemas y tecnologías puede ser un obstáculo significativo, especialmente en organizaciones grandes. Además, la resistencia al cambio por parte de los empleados puede dificultar la adopción de nuevas políticas y procedimientos. Para superar estos desafíos, es crucial contar con el apoyo de la alta dirección y comunicar claramente los beneficios de la política para la seguridad y eficiencia de la organización.

Beneficios

Como estamos viendo, la gestión de accesos no solo protege los recursos críticos de una organización, sino que también optimiza los procesos internos y mejora la experiencia del usuario.

Muchas industrias están sujetas a regulaciones estrictas sobre la protección de datos y la privacidad. La gestión de accesos ayuda a las organizaciones a cumplir con estas normativas al asegurar que solo las personas autorizadas puedan acceder a la información sensible. Esto es especialmente importante en sectores como el gubernamental, entre otros. La implementación de sistemas de gestión de identidades y accesos (IAM) permite automatizar muchos procesos relacionados con la creación, modificación y eliminación de cuentas de usuario. Esto reduce la carga de trabajo del departamento de TI y minimiza los errores humanos. Además, tecnologías como el inicio de sesión único (SSO) simplifican el acceso a múltiples aplicaciones, mejorando la eficiencia operativa.

La gestión de accesos también juega un papel crucial en la mejora de la experiencia del usuario. Al permitir un acceso más rápido y sencillo a los recursos necesarios, los empleados pueden realizar sus tareas de manera más eficiente. Esto no solo aumenta la productividad, sino que también mejora la satisfacción laboral. Las tecnologías de gestión de accesos también permiten una mayor flexibilidad en el trabajo remoto, ya que los empleados pueden acceder de manera segura a los recursos de la empresa desde cualquier lugar.

Obstáculos

En el ámbito de la gestión de accesos y las tecnologías relacionadas, existen varios riesgos y problemas que pueden surgir, afectando tanto a la seguridad como a la eficiencia operativa de una organización.

Uno de los principales desafíos es la complejidad de la implementación y gestión de estos sistemas. La configuración incorrecta de las políticas de acceso puede conllevar brechas de seguridad, permitiendo que usuarios no autorizados accedan a información sensible. Además, la gestión de accesos requiere una constante actualización y mantenimiento para adaptarse a las nuevas amenazas y cambios en la estructura organizativa, lo que puede ser costoso y consumir mucho tiempo.

Otro problema significativo es la dependencia excesiva en la tecnología. Si bien las soluciones de gestión de accesos pueden automatizar muchos procesos, también pueden fallar. Un fallo en el sistema de autenticación multifactor, por ejemplo, puede dejar a los usuarios sin acceso a los recursos necesarios, interrumpiendo las operaciones diarias. Además, la implementación de tecnologías como el inicio de sesión único (SSO) puede crear un único punto de fallo; si el sistema SSO se ve comprometido, todos los recursos conectados a él también estarán en riesgo.

Aunque parezca contradictorio, lo cierto es que la gestión de accesos también tiene que hacer frente a algunos desafíos relacionados con la privacidad y el cumplimiento normativo. Las organizaciones deben asegurarse de que sus prácticas de gestión de accesos cumplan con las leyes y regulaciones de protección de datos, lo cual puede ser complicado debido a las diferencias en las normativas a nivel global. Además, la recopilación y almacenamiento de datos de acceso pueden plantear riesgos de privacidad si no se manejan adecuadamente.

La resistencia al cambio por parte de los empleados es otro obstáculo común. La implementación de nuevas tecnologías de gestión de accesos puede requerir capacitación y adaptación, lo que puede generar resistencia y disminuir temporalmente la productividad. Los empleados pueden sentirse frustrados por los nuevos procedimientos de seguridad, especialmente si perciben que dificultan su capacidad para realizar tareas diarias.

En la gestión pública

La gestión de accesos en las administraciones públicas es un tema de vital importancia que afecta directamente a la seguridad y eficiencia de los servicios públicos.

Uno de los principales desafíos en la gestión de accesos es la vulnerabilidad a ciberataques. Las administraciones públicas manejan una gran cantidad de información sensible, desde datos personales de los ciudadanos hasta información confidencial sobre políticas y estrategias gubernamentales. Un fallo en la gestión de accesos puede abrir la puerta a ciberataques, permitiendo que actores malintencionados accedan a esta información. Los ataques de phishing, el malware y los ataques de fuerza bruta son solo algunas de las amenazas que pueden explotar las debilidades en los sistemas de acceso.

La complejidad de la infraestructura tecnológica en las administraciones públicas también representa un problema significativo. Estas instituciones suelen utilizar una combinación de sistemas heredados y nuevas tecnologías, lo que puede crear incompatibilidades y brechas de seguridad. La integración de estos sistemas requiere una planificación meticulosa y una inversión significativa en recursos, lo que no siempre es posible debido a restricciones presupuestarias. Además, la falta de estandarización en los sistemas de gestión de accesos puede dificultar la implementación de medidas de seguridad efectivas.

Otro problema recurrente es la falta de formación y concienciación entre los empleados públicos. La gestión de accesos no solo depende de la tecnología, sino también del comportamiento humano. Si los empleados no están adecuadamente formados en prácticas de seguridad, pueden convertirse en el eslabón más débil de la cadena. El uso de contraseñas débiles, la compartición de credenciales y la falta de atención a las políticas de seguridad son errores comunes que pueden ser explotados por los atacantes. Por lo tanto, es esencial que las administraciones públicas inviertan en programas de formación y concienciación para sus empleados.

El cumplimiento normativo es otro desafío importante en la gestión de accesos. Las administraciones públicas deben cumplir con una serie de leyes y regulaciones sobre protección de datos y privacidad, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la Unión Europea. Asegurarse de que los sistemas de gestión de accesos cumplan con estas normativas puede ser complicado y costoso.

Además, el incumplimiento puede resultar en sanciones severas y daños a la reputación de la administración. Por lo tanto, es crucial que las administraciones públicas implementen sistemas de gestión de accesos que no solo sean seguros, sino que también cumplan con todas las regulaciones aplicables. La resistencia al cambio es un obstáculo adicional en la gestión de accesos. La implementación de nuevas tecnologías de gestión de accesos puede encontrar resistencia entre los empleados, que pueden ver estos cambios como una complicación innecesaria. Esta resistencia puede ralentizar la adopción de nuevas tecnologías y reducir la eficacia de las medidas de seguridad implementadas. Para superar esta resistencia, es importante que las administraciones públicas comuniquen claramente los beneficios de las nuevas tecnologías y proporcionen el apoyo necesario para facilitar la transición.

En comparación con las empresas privadas, la gestión de accesos en las administraciones públicas presenta algunas diferencias notables. En primer lugar, las administraciones públicas suelen estar sujetas a un mayor escrutinio y regulaciones más estrictas en cuanto a la protección de datos y la privacidad. Esto se debe a la naturaleza sensible de la información que manejan y a la necesidad de mantener la confianza pública. Las empresas privadas, aunque también deben cumplir con regulaciones de protección de datos, pueden tener más flexibilidad en la implementación de sus sistemas de gestión de accesos. Además, las administraciones públicas suelen enfrentar mayores desafíos presupuestarios y de recursos en comparación con las empresas privadas. Esto puede limitar su capacidad para invertir en tecnologías avanzadas de gestión de accesos y en programas de formación para sus empleados. Las empresas privadas, por otro lado, pueden tener más recursos disponibles para implementar soluciones de seguridad de última generación y para capacitar a su personal en prácticas de seguridad.

Otra diferencia importante es la cultura organizacional. Las administraciones públicas, debido a su estructura jerárquica y burocrática, pueden ser más lentas en adoptar nuevas tecnologías y en implementar cambios en sus sistemas de gestión de accesos. Las empresas privadas, en cambio, suelen ser más ágiles y pueden adaptarse más rápidamente a las nuevas amenazas y tecnologías.

La vulnerabilidad a ciberataques, la complejidad de la infraestructura tecnológica, la falta de formación y concienciación, el cumplimiento normativo y la resistencia al cambio son desafíos que requieren una atención constante y una inversión en recursos y formación. Aunque existen diferencias notables en comparación con las empresas privadas, ambos sectores comparten el objetivo común de proteger la información sensible y garantizar la seguridad de sus sistemas. Solo a través de un enfoque proactivo y coordinado se puede garantizar la seguridad y la eficiencia en la gestión de accesos en el sector público y privado.

Gestión de accesos desarrollados por las AAPP

En España, la administración pública ha implementado el sistema Cl@ve, una plataforma que permite a los ciudadanos acceder a múltiples servicios electrónicos con un único usuario y contraseña. Este sistema no solo facilita el acceso a los servicios, sino que también mejora la seguridad al reducir la necesidad de múltiples credenciales. Cl@ve utiliza métodos de autenticación robustos, como certificados digitales y contraseñas de un solo uso (OTP), para garantizar que solo las personas autorizadas puedan acceder a la información sensible.

En Estados Unidos, el gobierno federal ha adoptado el uso de tarjetas de identificación personal (PIV) para los empleados y contratistas. Estas tarjetas contienen un chip que almacena información de autenticación y permite el acceso a edificios y sistemas informáticos. El uso de PIV no solo mejora la seguridad física y digital, sino que también simplifica la gestión de accesos al centralizar la información de autenticación en un único dispositivo.

Mientras, en el Reino Unido el gobierno ha desarrollado el sistema GOV.UK Verify, que permite a los ciudadanos acceder a servicios en línea de manera segura. Los usuarios pueden elegir entre varios proveedores de identidad para verificar su identidad y obtener acceso a los servicios gubernamentales. Este enfoque descentralizado mejora la seguridad al distribuir la responsabilidad de la verificación de identidad entre múltiples entidades, reduciendo el riesgo de un único punto de fallo.

Por su parte, Estonia, uno de los países más avanzados en términos de gobierno digital, utiliza el sistema de identificación electrónica (e-ID) para acceder a una amplia gama de servicios públicos y privados. La tarjeta e-ID permite a los ciudadanos firmar documentos digitalmente, acceder a servicios de salud, votar en línea y realizar transacciones bancarias. La gestión de accesos en Estonia se basa en una infraestructura de clave pública (PKI) que garantiza la autenticidad y confidencialidad de las transacciones electrónicas.

Por último, en Singapur el gobierno ha implementado el sistema SingPass, que permite a los ciudadanos y residentes acceder a más de 200 servicios gubernamentales en línea con un único inicio de sesión. SingPass utiliza autenticación de dos factores (2FA) para mejorar la seguridad, combinando una contraseña con un código de verificación enviado al teléfono móvil del usuario. Este sistema no solo facilita el acceso a los servicios, sino que también protege la información sensible de los ciudadanos.

Segmentación del mercado

El mercado de IAM se segmenta en varias categorías, incluyendo:

  • Provisionamiento: Gestión de la creación, modificación y eliminación de identidades de usuario.
  • Administración de Contraseñas: Soluciones para la gestión segura de contraseñas.
  • Servicios de Directorio: Almacenamiento y gestión de información de identidad.
  • Autenticación Avanzada: Métodos de autenticación que van más allá de las contraseñas tradicionales.
  • Registro Único (SSO): Permite a los usuarios acceder a múltiples aplicaciones con una sola autenticación.
  • Auditoría, Cumplimiento y Gobernanza: Soluciones para garantizar el cumplimiento de normativas y políticas de seguridad.


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