Cómo está revolucionando la administración pública el certificado digital sin que te des cuenta 

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¿Es la digitalización de la administración pública un proceso lento, pero constante? Esta es una pregunta que muchos de los que estamos en este negocio nos hacemos. Lo que podemos afirmar con certeza es que el avance ha sido continuo a lo largo de las últimas décadas. Entre las tecnologías que han impulsado este progreso, el certificado digital destaca como una herramienta clave para asegurar una interacción efectiva entre la Administración Pública y la ciudadanía. Pero surge una cuestión importante: ¿por qué ha ganado tanta relevancia el certificado digital y qué beneficios aporta? 

El certificado digital, a diferencia de métodos de identificación tradicionales como las contraseñas, ofrece un nivel de seguridad mucho mayor. Algunos lo comparan con el ADN, ya que garantiza que una persona u organización es quien afirma ser. En la administración pública, donde el manejo de información sensible es habitual, contar con un sistema de autenticación sólido es crucial para proteger tanto a los ciudadanos como a las instituciones. De hecho, el sector público es el objetivo del 34% de los ciberataques que se producen en España, una cifra que subraya la importancia de adoptar medidas de ciberseguridad eficaces. 

Uno de los principales beneficios del certificado digital es su capacidad para garantizar la autenticidad e integridad de los documentos electrónicos. Antes, los trámites administrativos implicaban mucho papeleo, lo que provocaba retrasos, pérdidas de información y altos costes operativos. Con el certificado digital, los documentos firmados electrónicamente tienen la misma validez legal que los firmados a mano, eliminando la necesidad de archivos físicos y facilitando la automatización de procesos burocráticos. En este sentido, las administraciones públicas españolas han invertido más de 290 millones de euros en medidas de ciberseguridad durante 2023, una muestra del compromiso hacia la digitalización segura. 

La eficiencia de los trámites administrativos también ha mejorado notablemente. Las largas colas en las oficinas públicas, que antes parecían inevitables, ahora pueden evitarse gracias a la posibilidad de realizar gestiones de manera remota. A través de plataformas seguras, los ciudadanos pueden interactuar con la administración desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto ahorra tiempo, tanto a los usuarios como a los funcionarios. Para entender la magnitud de este cambio, el 80% de los empleados públicos utiliza entre 1 y 5 certificados digitales al día, lo que refleja una integración masiva de esta tecnología. Además, un 7% gestiona entre 21 y 50 certificados diariamente, subrayando su creciente protagonismo en la gestión diaria de los procesos administrativos. 

El certificado digital también ha jugado un papel crucial en la lucha contra el fraude y la corrupción. Verificar la identidad de una persona que firma un documento o realiza una transacción reduce el riesgo de suplantación o manipulación de datos. Además, la trazabilidad que ofrece esta tecnología permite registrar cualquier acción realizada en un entorno digital, lo que facilita auditorías transparentes sobre todas las interacciones con la Administración. No obstante, 55% de los organismos públicos encuestados han sufrido interrupciones en su trabajo debido a la indisponibilidad del certificado digital, lo que demuestra la importancia de contar con herramientas eficientes para la gestión de estos certificados. 

En nuestro último estudio, titulado El Papel del Certificado Digital en la Administración Pública 2024, se destacan algunos datos que hemos considerado relevantes, como que el 25% de los encuestados señala la importancia de contar con alertas de caducidad para evitar interrupciones o problemas en los trámites.  

La pandemia de COVID-19 evidenció la necesidad de implementar soluciones tecnológicas que permitieran la continuidad de los servicios sin contacto físico. Durante este periodo, los certificados digitales fueron fundamentales para que los ciudadanos pudieran seguir realizando gestiones desde sus casas, asegurando que los procesos fueran seguros y eficientes. Nuestro estudio reveló que el 47% de los organismos públicos ya cuenta con una herramienta de gestión de certificados digitales, un avance importante hacia una administración más digital y segura. 

Sin embargo, la adopción de esta herramienta no ha estado exenta de dificultades. Cambiar de un sistema basado en papel a un entorno digital supone un cambio significativo en la forma de trabajo y en la mentalidad de los usuarios. Además, las diferencias generacionales han hecho que algunos grupos se adapten más rápidamente a estas herramientas, mientras que otros han mostrado mayor resistencia. 

Otro desafío ha sido la implementación técnica y el mantenimiento de las infraestructuras necesarias para soportar el uso masivo de certificados digitales. Aunque las administraciones han avanzado en la creación de plataformas seguras, garantizar la interoperabilidad entre sistemas y mantener las herramientas actualizadas ha sido un reto importante, tanto desde el punto de vista financiero como en términos de recursos humanos. 

A pesar de estas dificultades, el certificado digital ha demostrado ser una herramienta que ha llegado para quedarse. Su capacidad para simplificar y optimizar los procesos administrativos es solo una parte de lo que puede ofrecer. En el futuro, es probable que esta tecnología evolucione aún más, integrando innovaciones como la inteligencia artificial y la criptografía postcuántica para ofrecer soluciones más seguras y eficientes. 

¿Qué podemos esperar de esta tecnología en los próximos años? Una de las áreas con mayor potencial es su aplicación en servicios como la salud, la votación electrónica o la interacción con entidades privadas que colaboran con la administración pública. Además, no debemos perder de vista la importancia de la regulación en este ámbito. Los certificados digitales no solo están sujetos a normativas locales, sino que también forman parte de un marco regulatorio internacional que busca armonizar su uso en distintos países. 

El certificado digital ha transformado la manera en que los ciudadanos y las administraciones públicas interactúan. Ha permitido agilizar procesos, mejorar la seguridad y aumentar la confianza en las gestiones públicas.  Y seguirá siendo un pilar fundamental en este proceso de transformación, adaptándose a las nuevas demandas del futuro y brindando beneficios crecientes tanto para las administraciones como para los ciudadanos. 


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