A raíz de la pandemia, los planes digitales globales se aceleraron y se llevaron a cabo implementaciones y cambios en las infraestructuras de la nube en las empresas de todo el mundo. Esta tendencia no dejó indiferente a ningún sector, y la Administración Pública no tardó en adquirirla, ya que cada día son más los organismos estatales que deciden dar el paso de migrar a la nube.
En nuestro país ya se están adoptando medidas como la agenda “España Digital 2025”, que incluye el “Plan de Digitalización de las Administraciones Públicas” y lo reconocen como algo prioritario. Su objetivo es mejorar la prestación de los servicios públicos digitales a los ciudadanos, así como el traspaso completo de las AA.PP. a la nube híbrida, garantizando en todo momento la seguridad e integridad de los datos.
Pero esto nos hace preguntarnos, ¿es viable y rentable esta transición tecnológica en el nuevo paradigma social actual? Los datos nos hacen pensar que sí, de hecho, concretamente en España, el Gobierno destinó el pasado año una inversión total en tecnologías de la información para las Administraciones Públicas de 5.300 millones de euros, un 51% más que en 2020. Parte de esta inversión se destinó a los servicios cloud, con 325 millones de euros, un 45,5% más que en 2020. Además, según un estudio del The Center for Digital Government encargado por OpenText reveló que el 70% de las organizaciones gubernamentales planean migrar algunos de sus procesos de negocio a la nube en los próximos 12-18 meses. Por lo que esta es una tendencia que está en alza, no solo en España, si no a nivel mundial.
Prioridad: integridad, seguridad y protección de datos
El sector público se enfrenta a una «oleada de datos», ya que el volumen que los organismos deben manejar, así como los silos donde se almacenan, está aumentando exponencialmente. El paso a la nube puede romper esos silos, ofrece un intercambio rápido y fácil de datos y garantiza que haya una versión verificada de la información.
Muchas estrategias de migración a la nube del sector público comenzaron como una iniciativa para reducir los costes asociados al funcionamiento de sus propios centros de datos. Al adoptar una estrategia de transformación en la nube, las organizaciones gubernamentales pueden aprovechar los hiperescaladores para sustituir los centros de datos físicos con Infraestructura como Servicio (IaaS) y migrar sus cargas de trabajo locales al entorno de nube administrado de la organización.
Por otro lado, la nube ha transformado la forma en la que muchos organismos utilizan los sistemas de información de datos, y con esos cambios ha surgido la preocupación por la integridad y la seguridad de ellos. Sin embargo, en comparación con las aplicaciones heredadas, personalizadas y alojadas localmente, la nube está bien equipada para la ciberseguridad.
En este sentido, los proveedores cloud se actualizan continuamente para alcanzar los niveles más altos de seguridad de la información y protección de datos. Las copias de seguridad periódicas y la capacidad de restaurar los datos garantizan la continuidad de la empresa. Además, las normativas de muchos países obligan a los proveedores de la nube a cumplir con estrictos requisitos, lo que da a las organizaciones gubernamentales la confianza de que las soluciones en la nube que han adoptado son lo más seguras posible.
Impulsar un modelo más flexible y colaborativo
Las administraciones públicas también se han visto afectadas por los nuevos modelos laborales y, gracias a la transición a la nube, ahora pueden introducir de una manera más eficaz el trabajo colaborativo entre las personas que estén trabajando en remoto. Con los servicios trasladados a la nube, las organizaciones del sector público ahora disponen de nuevas formas con las que prestar servicios y crear experiencias de cliente, reduciendo costes y habilitando un modelo de trabajo híbrido y automatizado.
Al hacer uso de la infraestructura cloud, más allá de compartir documentos, los servicios en la nube permiten a los empleados y contratistas acceder a los documentos desde cualquier lugar, independientemente de dónde se encuentren. Esto posibilita a los organismos crear ecosistemas digitales de partners, proveedores y otras entidades para colaborar en el desarrollo y la prestación de nuevos servicios al ciudadano.
Además, con un proveedor de servicios en la nube, las agencias ya no tienen que preocuparse de contar con recursos limitados, comprar y alojar servidores y hardware, actualizar software o proteger los datos. El uso de la nube facilita la adición y el cambio de servicios sin la necesidad de interrumpir el trabajo o añadir o eliminar espacio digital. Esta flexibilidad significa que los nuevos servicios y aplicaciones pueden ponerse online rápidamente para ayudar a impulsar la productividad y la eficiencia de los empleados.
Jorge Martínez, director Regional para España y Portugal en OpenText.