Yernes y Tameza ante el reto de ser el primer concejo asturiano inteligente
El Gobierno de Asturias desarrollará un proyecto piloto para convertir Yernes y Tameza en el primer concejo inteligente asturiano, en el que se llevará la innovación digital a la vida cotidiana a través de la tecnología del internet de la cosas (IoT, en sus siglas en inglés), es decir, la conexión entre dispositivos. El programa incluye, en una primera fase, la instalación de sensores aplicados al medioambiente, energía, agroganadería y atención social, con el objetivo de conocer qué mejoras puede aportar la digitalización al mundo rural, más allá de las telecomunicaciones.
El Principado ha elegido este municipio por ser el más pequeño de la comunidad, con 130 habitantes en poco más de 31 kilómetros cuadrados. La idea es llevar el concepto europeo de pueblo inteligente (smart village) a la zona rural asturiana y a un concejo entero, no a una población determinada.
El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, y el director general de Innovación, Iván Aitor Lucas, han presentado hoy el plan al vecindario en Villabre, la capital de Yernes y Tameza, acompañados por la alcaldesa, María Díaz, y por el investigador Pablo Alonso, presidente de la Fundación Aula Vital. La participación e implicación de los habitantes es importante para el desarrollo y buena marcha del programa.
La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad de Asturias trabaja para apostar por los concejos inteligentes. El primer plan piloto, con el que se probarán los beneficios de la tecnología del internet de las cosas en el ámbito rural, se hará en Yernes y Tameza
Yernes y Tameza 2.0 es un proyecto piloto que se apoya en la innovación para gestionar los recursos de una manera más adecuada, tanto para el medio ambiente como para las personas y la comunidad. El proyecto tendrá al menos un año de duración. El Gobierno de Asturias, en colaboración con el ayuntamiento, facilitará la instalación de sensores para realizar mediciones que irán desde la calidad del aire, del agua y de la tierra, el consumo energético, el sistema inteligente de alumbrado público, la monitorización de ganado, los movimientos de fauna silvestre y otros casos de uso que puedan resultar interesantes para el vecindario.
El concejo será también el primero en el que se desarrollará uno de los planes piloto del acuerdo alcanzado en febrero con Cellnex Telecom. En este caso, la actuación se centrará en tecnología IoT aplicada a la atención social, a personas mayores, con siete dispositivos. La compañía facilitará sensores de apertura de puertas en la vivienda y de botón de emergencia que permitirá, además, que la persona pueda solicitar auxilio en caso de necesidad.
Los datos de todos los sensores se recogerán y tratarán de forma anónima en una plataforma de gestión que facilitará Cellnex. Su análisis permitirá, entre otras cuestiones, conocer la eficiencia energética de luminarias, cómo varía la calidad del aire y del agua, saber si el terreno necesita más o menos nutrientes, o el riesgo de incendio. En consecuencia, facilitará la toma de decisiones y el diseño de planes de mejora. En el caso de la monitorización de mayores, el uso de sensores conectados a un dispositivo IoT aportará datos sobre si la persona ha salido de casa, ha abierto la nevera, por ejemplo, para alimentarse o, por el contrario, ha permanecido en modo sedentario.
El consejero de Ciencia ha explicado que se trata de una experiencia casi única, ya que al ser una población tan pequeña y en un espacio controlado se podrán hacer mediciones a la carta, es decir, ajustadas a las necesidades que se detecten en el concejo. “El proyecto nos servirá como demostrador real de los casos de uso del internet de las cosas, pero sobre todo debe servirnos de base para impulsar políticas que mejoren la calidad de vida en el medio rural”, ha precisado.
De este modo, se testará la tecnología IoT basada en el intercambio de datos y la conexión entre máquinas a través del sistema LoRA (Long Range, largo alcance), que facilita una conexión inalámbrica que puede llegar a los 20 kilómetros, robusta frente a las interferencias y de bajo consumo de energía.
En el desarrollo del plan Yernes y Tameza 2.0 colabora de forma directa la Cátedra Thin5G, impulsada por Ciencia en colaboración con la Universidad de Oviedo, que asesorará en la parte técnica del programa, tanto en la instalación de sensores como en los emisores y receptores.
También forma parte del proyecto la Fundación Vital, a través del Aula Vital, una instalación singular y emblemática del concejo que sirve como equipamiento experimental para acercar las energías renovables a escolares y desarrollar actividades en un entorno natural privilegiado.