Solo el 16 por ciento de las ciudades españolas cuenta con una estrategia de «smart city» adecuada

Las llamadas “Smart cities” o ciudades inteligentes están diseñadas para mejorar el bienestar de los ciudadanos, crear nuevas oportunidades de empleo y mejorar la sostenibilidad a través del uso eficiente de servicios y herramientas digitales. Un objetivo cada día más perseguido y necesario si tenemos en cuenta que, a día de hoy, se estima que el 56% de la población mundial vive en ciudades y que para 2050 la población urbana más que duplicará su tamaño actual, según Vodafone.

Lograr ciudades más sostenibles, respetuosas con el medio ambiente pero también más cómodas, eficientes y amables con las personas es el reto.

De hecho son muchos ya los ejemplos y avances en esa dotación de inteligencia a las ciudades aunque, como revela el informe ‘Fit for the Future Cities: Cómo la tecnología puede acelerar el cambio sostenible’, encargado por Vodafone y realizado por Opinion Matters, el camino hacia la realidad de las smart cities sigue siendo largo.

Concretamente, el informe identifica cinco etapas de adopción de las ciudades inteligentes. El 30% de las ciudades españolas empezó definiendo una estrategia clara, pero tiene pocas soluciones en marcha. Las inversiones se han centrado en construir infraestructuras sólidas como plataformas de mando y control o de datos urbanos, como base para futuras inversiones en soluciones para ciudades inteligentes (categoría integration-seeker). Asimismo, otro 30% ya han implementado algunas soluciones tecnológicas, pero no tienen una estrategia clara y hay un nivel de desarrollo desequilibrado (categoría pathfinder).

En el lado de las más avanzadas vemos que únicamente el 16% de las ciudades españolas se encuentra entre las ciudades más avanzadas en su transformación digital, un porcentaje que debe crecer pero que es un 5% más que la media europea.. Son ciudades tecnológicamente maduras y dispuestas a seguir invirtiendo en soluciones innovadoras (categoría front-runner).  Y otro 16% de las ciudades españolas han empezado a alinear sus prioridades políticas con los avances digitales y desean comenzar a adoptar soluciones inteligentes (categoría explorer).

Los obstáculos

De acuerdo con los expertos consultados por Vodafone y Opinion Matters, los principales obstáculos para la implantación de las ciudades inteligentes son:

– la falta de financiación

– la legislación

– infraestructura adecuada

– problemas de privacidad y seguridad

– la complejidad de los procedimientos de contratación

– falta de estrategia y habilidades digitales

«Las ciudades inteligentes desempeñan un papel esencial en la adaptación de España a los mayores retos de nuestro tiempo, como la actual crisis energética. Debemos invertir en soluciones digitales capaces de reducir el uso global de energía y la dependencia de las fuentes de energía de carbono. Si todas las partes interesadas de los sectores público y privado se unen para dar prioridad al desarrollo de tecnologías innovadoras, infraestructuras adecuadas y competencias digitales, podremos hacer frente a los retos de movilidad, digitalización y eficiencia energética», señala Daniel Jiménez, director de Vodafone Business.

«La labor de los gobiernos es esencial en el desarrollo y adopción de las ciudades inteligentes»

En ese sentido, se apunta cómo la labor de los gobiernos es esencial en el desarrollo y adopción de las ciudades inteligentes. Así, el informe identifica áreas políticas clave en las que se podría acelerar la adopción de las ciudades inteligentes en toda Europa y recomienda cuatro acciones específicas:

1. Garantizar una financiación adecuada, tanto a través de la inversión pública como de la privada, y que las ciudades sean conscientes de las ayudas que tienen a su disposición, junto con una orientación clara sobre cómo acceder a ellas. 

2. Desarrollar modelos de ciudades inteligentes, fomentando la creación de grupos de trabajo sobre ciudades inteligentes. Estos grupos de trabajo deberían compartir las mejores prácticas, por ejemplo, sobre cómo compartir datos, y desarrollar marcos para medir la eficacia y el impacto de las soluciones de las ciudades inteligentes. Los grupos de trabajo también pueden ofrecer recomendaciones sobre cómo desarrollar y cumplir los marcos legales que afectan al despliegue de las ciudades inteligentes, como la ciberseguridad. 

3. Mejorar la alfabetización y las competencias digitales tanto de los trabajadores que seleccionan y despliegan las soluciones de las ciudades inteligentes, como de los ciudadanos que harán uso de los servicios.

4. Hacer que la conectividad de alta calidad esté disponible y sea asequible para todos, ya que es el catalizador del éxito del desarrollo de las ciudades inteligentes.

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