La Inteligencia Artificial: Aliada de las Administraciones Públicas

Esta tecnología, que abarca desde el aprendizaje automático hasta el procesamiento del lenguaje natural, ofrece un sinfín de posibilidades para redefinir la gestión pública del siglo XXI.

Un viaje a través del tiempo: La IA en la historia

La historia de la IA en las administraciones públicas no es reciente. Ya en la década de los 80, se exploraban sus posibilidades para la automatización de tareas repetitivas. Sin embargo, es en los últimos años, con el auge del Big Data y la computación en la nube, que la IA ha experimentado un desarrollo exponencial, abriendo un nuevo capítulo en la gestión pública.

España está experimentando un crecimiento notable en el ámbito de la IA. Las universidades y centros de investigación juegan un papel fundamental en este desarrollo, impulsando la investigación y la formación de talento en este campo.

Por ejemplo, la Universidad Carlos III de Madrid destaca por su Centro de Automática y Robótica (CAR), pionero en investigación en robótica e inteligencia artificial, mientras que la Politécnica de Madrid posee el Centro de Visión Artificial y Robótica (CVR), referente en investigación en visión artificial y aprendizaje automático.

Mientras, el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) de la Universidad de Barcelona es uno de los más reconocidos en España, con una amplia trayectoria en investigación en IA.

Además, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con el Instituto de Automática e Informática Industrial (IAI), líder en investigación en IA aplicada a la industria, sin olvidar el Barcelona Supercomputing Center (BSC), centro de referencia en computación de alto rendimiento, con proyectos de investigación en IA a gran escala que va ya por su quinta versión. Por su parte, el Centro de Tecnología Biomédica (CTB) impulsa la investigación en IA para la salud, con proyectos en diagnóstico médico y desarrollo de terapias personalizadas.

El impulso de la IA en el panorama patrio queda reflejado en diferentes iniciativas públicas, como la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, el plan del gobierno español para impulsar el desarrollo y la aplicación de la IA en diversos sectores que tiene en la Red Española de Supercomputación uno de sus principales aliados al promover el uso de la supercomputación para la investigación en IA.

Otra de estas iniciativas remarcables es el Programa AI4Spain, que apoya la creación de centros de excelencia en IA en España.

Colaboración público-privada

Sin embargo, la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas es fundamental para el desarrollo de la IA en España. Esta colaboración permite transferir el conocimiento generado en las universidades al sector privado, impulsando la innovación y la competitividad.

Gracias a esta unión, tanto unos como otros pueden colaborar en la necesaria atracción y retención de talento, así como en la inversión en investigación e innovación en IA. No en vano, todos los actores implicados aseguran que el desarrollo de la IA en España tiene un gran potencial para la mejora de la economía y la sociedad. Con un esfuerzo sostenido y una adecuada planificación, España puede convertirse en un referente en este campo a nivel internacional.

A este respecto Miguel Tablado, Apps, Data & AI Practice CTO en Kyndryl Consult, determina que los diferentes procesos de transformación digital que las AAPP han llevado a cabo en la última década han sido “generalmente más lentos de lo esperado por diversos motivos y, en cierta medida, no se han ejecutado de forma integral en los diferentes estamentos, creando un entorno no tan favorable para la adopción de la IA, la cual depende de disponer de un gran volumen de datos y datos de calidad”. Por eso, y mirando al futuro, “durante el último año hemos sido testigos de cómo muchas entidades han arrancado procesos de transformación alrededor del dato y la interoperabilidad. Los objetivos que están persiguiendo estas dos iniciativas no son otros que los de disponer de la capacidad de convertir a las AAPP en entidades Data Driven, que les permitan tomar mejores decisiones en lo relativo a sus competencias sociales o económicas, por mencionar un algunas. Es por todos sabido que la IA será tan buena como lo sean los datos que maneja y es por ello que sabemos que, a día de hoy, la IA en las AAPP difícilmente tendrá un alcance transversal, sino que debe servir para resolver problemas concretos. Sin embargo, no dudamos de que llegaremos al momento de utilizar la IA en todos los ámbitos de las AAPP, desde las herramientas para los funcionarios hasta los procesos administrativos más particulares”.

Por su parte, Natalia Escobedo, directora de Sector Público de Microsoft España, considera que estanos en el inicio de una “nueva era” que está cambiando fundamentalmente la forma en que nos relacionamos con la tecnología y aprovechamos sus beneficios. “Sin duda, la Inteligencia Artificial (IA) responsable va a convertirse en uno de los principales catalizadores de crecimiento económico y desarrollo social”, afirma, añadiendo que las administraciones públicas tienen “una gran oportunidad para transformar su relación con los ciudadanos y modernizar sus servicios públicos a través de una digitalización sostenible, basada en tecnologías en la nube y de Inteligencia Artificial”.

Esta experta defiende que la IA ofrece a las organizaciones públicas la oportunidad de “beneficiarse de procesos operativos mejorados, ya que este tipo de soluciones pueden ayudar a gestionar tareas sencillas o repetitivas y así, poder ofrecer mejores servicios a los ciudadanos” y aporta algunos datos, como que el 67% de las empresas y administraciones públicas europeas encuestadas por IDC ya está utilizando soluciones de Inteligencia Artificial. De estas, el 38% está experimentando un retorno de la inversión en menos de 12 meses.

“Líderes políticos, empresariales y de opinión han debatido recientemente en el Foro de Davos sobre la IA, su dimensión económica, el impacto en el mercado laboral, también desde un punto de vista geopolítico, como uno de los elementos decisivos en la definición del balance de poder, y también desde una perspectiva científica, donde se postula como una tecnología disruptiva, que ayudará a hacer posible logros antes impensables”, añade. “Asimismo, la última edición del Foro de Davos ha sido testigo de llamamientos constantes, tanto del sector público como del privado, a la gobernanza, la regulación y la distribución equitativa de los beneficios de la inteligencia Artificial”.

Beneficios bajados a tierra

Como vemos, hablar de IA es hacerlo de las enromes oportunidades que muchos jugadores ven en esta tecnología. Pero hemos querido aterrizar esos beneficios en la administración pública.

“El potencial económico de la IA, según datos de la consultora McKinsey, podría encontrarse entre los 17 y 25,6 billones de dólares anuales, con un impacto positivo en todos los sectores de actividad. La consultora estima que la IA podría impulsar un crecimiento de la productividad laboral de entre 0,2 y 3,3 puntos porcentuales anuales.

Por ejemplo, la IA será crucial para hacer frente a los retos de sostenibilidad o ciberseguridad, dos aspectos muy críticos y que se han convertido en unas de las principales preocupaciones de las organizaciones y gobiernos en todo el mundo”, contextualiza Natalia Escobedo que enumera los siguientes aspectos como algunos en los que la Inteligencia Artificial generativa “se postula ya como el principal motor”:

•          Impulsar la transformación de las ciudades. “Facilita a las administraciones la toma de decisiones ágiles basadas en datos, con un conocimiento profundo y predictivo de factores relevantes como la vulnerabilidad social o la demografía, integrando las comunicaciones multicanal con la entrega de servicios y ampliando las capacidades de las plataformas de gestión inteligente. La capacidad de la IA generativa va desde el impulso a la productividad que supone el asistente de IA Copilot, hasta los algoritmos de IA que permiten crear gemelos digitales de las ciudades, con simulaciones para optimizar su gestión física”.

•          A la digitalización y mejora generalizada de los servicios a la ciudadanía se suma el reto de la sostenibilidad. “Las soluciones de Microsoft tienen un impacto directo sobre los objetivos de sostenibilidad y resiliencia al cambio climático de las ciudades. Si gracias a la analítica avanzada es posible comprender el impacto del cambio climático sobre las comunidades, y los gemelos digitales son capaces de modelar ciudades que sean más respetuosas con el medio ambiente, la IA generativa tiene la potencia necesaria para analizar todos los datos relevantes y diseñar planes flexibles y adaptables para lograr la neutralidad en carbono”.

•          “Asimismo, la IA puede beneficiar al permitir que trabajadores y funcionarios del sector público se enfoquen en tareas más estratégicas, automatizando las repetitivas o tediosas. Igualmente, puede ayudarles a tomar decisiones más informadas al analizar grandes volúmenes de datos y proporcionar información más valiosa. Esto puede mejorar la eficacia de sus procesos e identificar oportunidades de crecimiento”

•          En cuanto a la ciberseguridad, la Inteligencia Artificial se presenta al mismo tiempo como una amenaza y una oportunidad. “Los ciberatacantes ya están utilizando la IA para mejorar sus operaciones, mientras que esta tecnología también está permitiendo una mejor defensa, al mejorar la automatización en la detección, respuesta y predicción de ciberamenazas. La ciberdefensa impulsada por la IA está demostrando ser efectiva y ya ha revertido ataques cibernéticos en Ucrania”.

Mientras, Miguel Tablado habla, sobre todo, de la reducción de las listas de espera y mejor tiempo de respuesta en los procesos de atención al ciudadano. “La IA será un asistente y un acelerador para los procesos, hoy vemos cómo la IA Generativa y su aplicación en asistentes conversacionales facilita la interacción con las personas. Bien entrenados, estos modelos van a resolver la problemática que sufre el ciudadano medio cuando se enfrenta a un trámite por primera vez”, especifica. “Pongamos por ejemplo la subvención por instalación de puntos de carga para los coches eléctricos. Todos los ciudadanos que a nivel particular se han instalado el punto de carga y han tenido que pasar el proceso de subvención tienen que llevar a cabo un proceso de múltiples pasos donde deben aportar mucha información cuyo lenguaje no están acostumbrados a manejar. Por muy bien explicado que esté en los sitios web, un porcentaje muy alto de la población requiere de ayuda conversacional para resolver dudas. Estos chatbots deben marcar un antes y un después en la atención al ciudadano en su interacción con la Administración”.

Además, considera que hay un amplio abanico de procedimientos donde los modelos ayudarán a predecir “dónde y cómo distribuir los recursos de las Administraciones, modelos de predicción que sirvan para mejorar la efectividad de los servicios sociales o sistemas que puedan ayudar a resolver las solicitudes de, por ejemplo, subvenciones. Todos recordamos cómo en la pandemia se han procesado miles de solicitudes de ayudas al desempleo o a la compensación por pérdida de ingresos. En algunos casos, los modelos de IA habrían sido de gran utilidad para procesar la información y asistir en la toma de decisiones”.

Buenas consejeras

Sin embargo, las prisas no son nunca buenas consejeras, por lo que las administraciones públicas también deben tener ciertas cautelas a la hora de apostar por tecnologías tan novedosas y disruptivas como la IA Generativa.

“La Administración Pública no se desmarca del resto de la industria: deberá ser muy cauta y rigurosa en la aplicación de una IA ética y responsable y deberá formar muy a conciencia al personal funcionario para evitar la fuga o filtración de información no intencionada al hacer uso de herramientas públicas”, expone el responsable de Kyndryl.

Por su parte, la directora de sector público de Microsoft coincide en que la adopción generalizada de esta tecnología “exige la definición de criterios adecuados para su desarrollo responsable comprendiendo su impacto global” y refuerza el mensaje de que “es una prioridad asegurar que la Inteligencia Artificial se aborda siguiendo los principios de IA Responsable: privacidad, seguridad, equidad, inclusión, transparencia y responsabilidad”.

Tras exponer cómo trabajan en la compañía desde el respeto a los datos y la legalidad, esta directiva señala que “la única forma de tener un crecimiento e impacto de la IA es que las empresas y la sociedad puedan confiar en ella, para lo que necesitamos un marco regulatorio que siente las bases de un desarrollo responsable, sin limitar la innovación”. Por eso, y “para conseguir que los distintos aspectos de la regulación de la IA funcionen a nivel internacional, se necesita un marco multilateral que conecte las diferentes normas nacionales y garantice que un sistema de IA certificado como seguro en una jurisdicción, también pueda calificarse como seguro en otra. La regulación de la IA es un camino, no un destino. Nadie tiene todas las respuestas, y es importante que escuchemos, aprendamos y colaboremos. Un diálogo sólido y saludable entre la industria tecnológica, los gobiernos, las empresas, el mundo académico y las organizaciones de la sociedad civil, es crucial para garantizar que la regulación y gobierno siga el ritmo de desarrollo de esta tecnología. Juntos podemos ayudar a hacer realidad el potencial de la IA como fuerza positiva para el bien común”.

Ejemplos reales

Sea como fuere, lo cierto es que hay numerosos organismos públicos en todo el mundo ya están aprovechando las ventajas de la IA. Algunos de ellos están en nuestro país, como el Ayuntamiento de Barcelona, que utiliza chatbots con IA para ofrecer atención ciudadana personalizada las 24 horas del día, respondiendo preguntas frecuentes y resolviendo dudas de forma rápida y eficiente, o la Agencia Tributaria española, que emplea algoritmos de aprendizaje automático para detectar casos de fraude fiscal con mayor precisión, optimizando la recaudación de impuestos.

Más recientemente, el Ineco (la ingeniería y consultoría del Ministerio de Transportes y Movilidad) ha lanzado de MAI, un sistema de chat propio basado en la tecnología de inteligencia artificial generativa de Microsoft Azure OpenAI Service. Se trata de una de las primeras empresas públicas españolas en integrar en su red interna un chat inteligente propio, cuyo piloto ha desarrollado de la mano de Plain Concepts, partner de Microsoft. Una solución útil para todo su equipo que permitirá mejorar su eficiencia operativa del día a día.

Nacho Santillana, vicepresidente de AUSAPE y director de Sistemas de Información del Ayuntamiento de Barcelona, reconocía en un reciente evento de la Asociación de Usarios de SAP, el ámbito actual de aplicación de la IA en las Administraciones Públicas, se enmarca, sobre todo, en tres campos: los asistentes al ciudadano, el asesoramiento tributario interno y externo, y las licencias de obras.

La reticencia de los ciudadanos a relacionarse con una Administración Pública a través de un asistente virtual también supone un hándicap. A la hora de superarlo, Santillana afirmó que “el tiempo juega a nuestro favor”, ya que las nuevas generaciones son más proclives a utilizar medios tecnológicos en su vida diaria, pero alertó del riesgo de generar una nueva brecha digital y opinó que a los actuales modelos de IA todavía les falta disponer de un lenguaje natural que facilite la interacción con el usuario.

En cuanto al cambio cultural que supone implantar soluciones disruptivas como el uso de asistentes virtuales e IA generativa en los servicios públicos, el vicepresidente de AUSAPE valoró que las entidades públicas cada vez son menos reticentes a la innovación, aunque considera que hay que convencer a estos especialistas de que la IA les va a ayudar en su trabajo, y eso sólo lo puede hacer una persona. Poniendo el foco en el factor humano, añadió que “las personas que atienden a los ciudadanos también deben incorporar conocimiento a la inteligencia artificial generativa”, de modo que ésta no esté basada únicamente en documentos.

Consejos para una IA responsable

Si bien la IA ofrece un enorme potencial, su uso debe ser responsable y ético. Algunas recomendaciones que se hacen a nivel internacional son:

  • Establecer una estrategia clara: Definir objetivos específicos y alineados con la misión de la administración pública.
  • Garantizar la transparencia: Informar a la ciudadanía sobre el uso de la IA y sus aplicaciones.
  • Proteger la privacidad de los datos: Asegurar el uso responsable y ético de la información personal.
  • Capacitar al personal: Fomentar la formación en IA para que los empleados públicos puedan aprovechar al máximo esta tecnología.
  • Precauciones necesarias: Riesgos y desafíos

Es importante ser conscientes de los riesgos asociados a la IA, como el sesgo algorítmico o la discriminación. Algunas medidas para mitigar estos riesgos son utilizar datasets diversos y representativos, implementar mecanismos de control y evaluación, o promover la participación ciudadana.

Un futuro prometedor

La IA tiene el potencial de transformar las administraciones públicas, haciéndolas más eficientes, transparentes y accesibles. Con un uso responsable y ético, esta tecnología puede convertirse en un aliado invaluable para construir un futuro más próspero y justo para todos.

En definitiva, la IA no es una amenaza para la gestión pública, sino una herramienta poderosa para mejorarla. Abordar este nuevo paradigma con una visión estratégica, responsable y transparente, permitirá a las administraciones públicas navegar con éxito en la era digital, ofreciendo a la ciudadanía servicios públicos de mayor calidad.

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Revista número 8 de ByTIC: ¿Qué aporta la tecnología 5G a la Administración Pública?

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