Por una AA.PP. innovadora y digital pero para todos

Inteligencia Artificial, algoritmos verdes, blockchain, automatización, Big Data… Son muchos los términos y tecnologías que parecen marcan el devenir de la economía, en este viaje sin retorno que hemos emprendido instituciones, empresas y ciudadanos hacia el mundo digital.

Un reto al que no es ni debe ser ajena la Administración Pública ya que de su propia transformación depende, en gran parte, que esa digitalización y las nuevas oportunidades que encierra lleguen a buen puerto.

La AA.PP. es el garante de que esa transformación sea efectiva y, por ello mismo, además de la decidida apuesta emprendida por el Gobierno para habilitar una Administración digital, enmarcada en planes como España Digital 2025 entre otros, comienzan a sentarse las bases de cómo debe ser esa eAdministración.

Una Administración innovadora y digital pero también abierta, transparente e inclusiva. Si la Administración Pública del mañana, que ya estamos construyendo hoy, no es para todos, habremos fracasado por mucho que enarbolemos la bandera de la innovación.

La tecnología, de hecho, debe ser un vehículo, una herramienta, un habilitador de una sociedad mejor, con más oportunidades y garantías pero y aquí está el quid de la cuestión, para todos.

Encarna Hernández, la directora de la Fundación NovaGob, señala en nuestra charla con ella: “La tecnología una tecnología x no tiene valor per se si a mí, como ciudadana, no me aporta nada. La tecnología tiene que ayudarnos a conseguir una AA.PP. más ágil, que de respuestas más rápido, a ser capaz de personalizar más los servicios que presta, a estar realmente centrada en el ciudadano…”

Algo que debería darse por sentado pero que, lamentablemente, a día de hoy no es así.

Si la Administración Pública del mañana no es realmente para todos, habremos fracasado por mucho que enarbolemos la bandera de la innovación

Sin ir más lejos, un reciente estudio de Metroscopia, denunciaba cómo el 70% de los mayores de 65 años asegura que lo más “difícil” para ellos es relacionarse on line con los servicios públicos, mucho más que, por ejemplo, con las empresas de suministros o servicios o que realizar una gestión bancaria.

Curioso si tenemos en cuenta la reciente cruzada de un jubilado valenciano que logró sacar los colores a la banca por cómo les había dejado fuera con la imparable digitalización de sus servicios.

Pero no solo los mayores quedan muchas veces excluidos de la eAdministración. La brecha digital también empaña el acceso, en muchas ocasiones, a personas con algún tipo de discapacidad, niños, mujeres…

Colectivos que o no tienen el acceso a los medios tecnológicos necesarios en este mundo en el que vivimos o, simplemente, no saben cómo utilizar esos medios.

Digital pero centrada en el ciudadano

Personas que ven cómo algo tan “simple” como pedir cita en el médico ahora pasa necesariamente por una web o aplicación móvil que no entienden. Ciudadanos que no logran descifrar el galimatías digital en el que se ha convertido relacionarse con la Administración hoy.

Necesitamos formar, acompañar, humanizar el proceso de cambio en el que estamos embarcados, marcado por la tecnología.

Por eso creo que es necesario este medio de comunicación. No porque tengamos en la mano la capacidad de cambiar medidas, leyes o planes y hacerlos más inclusivos… Ojalá.

Pero sí porque podemos y queremos ser el altavoz de las iniciativas que desde empresas y administración pública se desarrollen en pro de la innovación, porque debemos y lo haremos ser un punto de encuentro y reflexión de todos los que creemos en unos servicios públicos digitales pero también sencillos, humanos, centrados en quien deben finalmente que no es otro que el ciudadano. Todos y cada uno de los ciudadanos.

Por eso os invito a seguirnos, a sumaros a nuestro cometido y a formar parte, entre todos, de la Administración Pública del mañana.

Esa que, como defiende la propia Carta de Derechos Digitales, no deje a nadie atrás. Solo así este camino tendrá un destino acertado.