La digitalización de la educación es, sin duda, uno de los fenómenos que más fuerza ha tomado en todo el mundo en los últimos años. Además y aunque ya era una realidad antes, lo cierto, es que tras la pandemia su consolidación y expansión no hacen sino acrecentarse.
Así, la inversión en infraestructuras y dispositivos que permitan avanzar en la educación del mañana, un modelo híbrido en el que las clases presenciales y las online conviven y se complementa, es una de las constantes de nuestros días y una de las prioridades del Ejecutivo.
Pero, junto a esta inversión, es necesario también apostar por tecnologías que permitan, además, optimizar y hacer efectivo el proceso educativo a distancia. Tecnologías que logren salvar algunas de las principales barreras que la formación online presenta respecto a la educación presencial: la motivación de profesores y alumnos.
Un desafío en el que la Inteligencia Artificial podría resultar de gran utilidad, según un proyecto piloto realizado por GoStudent en el que se ha utilizado el software de IA y Emocional “Affectiva”.
Inteligencia emocional
Con dicha solución, GoStudent ha evaluado un total de 104 clases, durante un periodo de ocho semanas; tras ello, su principal conclusión es que el estado emocional de los profesores afecta directamente a los estudiantes presentes en clase y que precisamente la Inteligencia Emocional podría ayudar a mejorar dicho estado.
El proyecto ha permitido concluir que las emociones positivas son las que predominan en clase, y que estas se transfieren directamente del tutor al estudiante, incrementando positivamente su atención.
En este sentido, la felicidad y la sorpresa son algunas de las reacciones que más se muestran en las clases, explican.
Además, también muestra que el tiempo de conversación de los tutores es solo ligeramente superior al de los estudiantes. Esto supone un cambio radical al estilo de la escuela tradicional, en la que el profesor habla y los alumnos escuchan y además ayuda a crear un entorno más inclusivo en el que los estudiantes puedan hablar y argumentar.
Otra de las conclusiones del piloto de GoStudent es que el miedo y la tristeza son algunas de las emociones que menos se muestran entre tutores y estudiantes. “Esto se debe, posiblemente, a la capacidad de los tutores de explicar correctamente tareas, que normalmente son difíciles y complicadas, para que los estudiantes no se frustren”.
Sin embargo, hay una asignatura que destaca por su capacidad para generar miedo y frustación en los alumnos: el latín ya requiere un mayor esfuerzo para memorizar.
Medir emociones
Pese a ello, el proyecto también expone cómo la muestra de emociones es casi nula en clase. Así, en cada sesión de 50 minutos, la neutralidad de emociones estuvo presente durante gran parte del tiempo. ·Esto significa que tanto estudiantes como tutores tienden a mostrar emociones neutras durante gran parte del tiempo y no experimentan una gran intensidad emocional”.
“Gracias a este software especial, es posible medir si la lección es positiva o no, desde el rostro expresiones e imitaciones de los alumnos y profesores, y en qué áreas hay más interés y atención”, explica Felix Ohswald, CEO y cofundador de GoStudent.
Pese a los beneficios que ofrece, la utilización de la IA está aún en una fase muy incipiente, apuntan. Concretamente, en Europa sólo el 18% de los colegios la utilizan en las aulas y sólo el 5% de los padres apoyan a sus hijos con métodos de aprendizaje basados en la IA fuera del aula.
Destaca el hecho de que sean los padres españoles los que ven más positivo el uso de la IA en las aulas, con un el 50% a favor.
Inteligencia Artificial para una educación de calidad
La utilización precisamente de la Inteligencia Artificial en el sector educativo es el objeto de estudio de la UNESCO que, en su informe ‘Inteligencia Artificial y educación. Guía para las personas a cargo de formular políticas’, señala que esta tecnología tiene la capacidad de hacer frente a algunos de los mayores desafíos que afronta, hoy en día, el ámbito de la educación, de desarrollar prácticas de enseñanza y aprendizaje innovadoras y, finalmente, de acelerar el progreso en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 4: ·Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
En este sentido, desde la UNESCO, que afirma que la IA en educación podría alcanzar un valor de 6.000 millones de dólares en 2024, se apuntan algunos usos de la IA especialmente beneficiosos en el proceso de aprendizaje como los sistemas de tutoría inteligente.
“Funcionan ofreciendo tutorías paso a paso, individualizadas para cada estudiante, a través de temas en materias estructuradas como la matemática o la física. El sistema determina un camino óptimo a través de los materiales y las actividades de aprendizaje con base en el conocimiento de expertos en la materia y las ciencias cognitivas, y responde a los conceptos erróneos y a los éxitos de cada estudiante. Este enfoque también se aplica a veces en los sistemas de gestión de aprendizaje, como Moodle 30 y Open edX,31 y en plataformas como Khan Academy”, afirma la UNESCO en el informe.
Otras aplicaciones de la Inteligencia Artificial en el proceso educativo destacadas por el organismo son los sistemas de aprendizaje basados en la colaboración y el diálogo; los entornos de aprendizaje exploratorio, los robots y agentes inteligentes; o la evaluación automatizada de la escritura.