Un modelo híbrido en el que unir lo mejor de la formación presencial y de la online. Ese es el reto al que se enfrenta el sector de la educación que, tras la pandemia y salvada la primera urgencia de poder continuar su labor de forma remota, ahora debe reformular sus métodos apoyándose en la tecnología.

Materiales interactivos, espacios formativos inmersivos, nuevas fórmulas de motivación y de seguimiento del aprendizaje… La transformación digital de la educación es una de las prioridades de nuestro país y una necesidad, además, para responder a los nuevos perfiles y retos laborales que el mercado impone.

Por ello, desde hace tiempo, invertir en Tecnologías de la Información y Comunicación para el sector de la Educación ha sido una constante por parte de la Administración. En ese sentido, de acuerdo con la consultora Adjudicaciones TIC, esa inversión alcanzó los 256,39 millones de euros durante el primer semestre de 2021.

Y aunque en esa cifra total destaca la destinada a adquisición de hardware (196,83 millones de euros, lo que supone un 76,77% del total invertido por parte de las AA.PP. en educación) también vemos cómo la inversión en soluciones que hagan realidad el llamado elearning o aprendizaje a distancia cobran, poco a poco, una mayor relevancia. Así, de nuevo, según los datos de Adjudicaciones TIC, durante 2021, la AA.PP. destinó un total de 35 millones de euros en elearning.

“La transformación digital barre todas las industrias no siendo menos el alcance y los continuos cambios dentro del ámbito educativo. Una de las circunstancias que evidencian la necesidad de digitalización es el COVID-19 que, en muchas circunstancias, exige el aprendizaje online, la mejora y actualización constante de los programas y equipos necesarios para una conexión estable, remota y segura. Todo ello exige importantes inversiones por parte de los organismos públicos para llevar a cabo dichos proyectos educativos, tanto de gestión académica para Universidades hasta los realizados por Consejerías de Educación”, afirma Carlos Canitrot, director de Consultoría en la firma.

La pandemia, el catalizador

La irrupción del COVID-19, sin duda, supuso un antes y un después para cualquier área social y sector de actividad y, como no podía ser de otro modo, para el ámbito educativo. De la noche a la mañana, profesores y alumnos se vieron obligados a seguir el camino de la formación en la distancia lo que llevó a, como primera necesidad, realizar inversiones tanto en equipos como en infraestructuras de comunicaciones que permitieran el nuevo escenario.

“Las diferentes Comunidades Autónomas, en el área de Educación Pública y a través de los fondos Next Generation están lanzando diferentes concursos para cubrir básicamente tres pilares: El primero, la digitalización del aula, donde tendríamos básicamente una pantalla interactiva y un portátil para el profesor; El segundo, destinado a portátiles para el alumnado; y el tercero y, último, para la formación del profesorado”, analiza Javier Martín, Educational Business Manager en Lenovo.

Algo en lo que coincide otro de los grandes proveedores TIC del sector, Telefónica. “En la actualidad, más del 80% del presupuesto se destina a las plataformas educativas, la conectividad y a la adecuación digital de las aulas con dispositivos individuales (principalmente proyectores, pizarras digitales, PCs portátiles y tablets, pero creemos que sería necesario que en el futuro los centros cuenten con una mayor dotación económica, dirigida especialmente a la adquisición de dispositivos individuales y para el aula, así como en servicios de gestión integral de todo el ecosistema tecnológico educativo”, apunta Belén Espejo, experta en digitalización en Telefónica Empresas.

Conectividad y equipos, como primera medida pero que ahora da paso a nuevas iniciativas, dar un paso más allá para hacer realidad el escenario híbrido que, como en el entorno laboral, poco a poco se abre paso en el sector educativo también.

“Actualmente y motivado principalmente por la pandemia, todas las instituciones en mayor o menor medida, han apostado por la docencia online o híbrida alternando en la medida de lo posible la docencia física con la virtual, lo que ha supuesto la necesidad pasada y futura, de incrementar las competencias digitales tanto del alumnado como del profesorado. Este incremento en el uso de las herramientas TIC aplicadas a la educación no sólo debe suponer un incremento y mejora de la formación, sino un rediseño de las plataformas y ecosistemas digitales que permiten el acceso a la información a los requisitos y requerimientos de la sociedad. Potenciar la formación del profesorado con nuevas habilidades se hace necesario para conseguir éxito en la digitalización de la educación, y no podemos olvidar la formación en elementos clave en el ambiente digital como la privacidad y seguridad”, explica Juan José Ortega, desde el equipo de Enseñanza Virtual y Laboratorios Tecnológicos de la UMA, la Universidad de Málaga.

«Potenciar la formación del profesorado con nuevas habilidades se hace necesario para conseguir éxito en la digitalización de la educación»

Una formación que, además, no solo requiere de dotar de habilidades al profesorado actual sino también de nuevos perfiles docentes, como apunta Jaime Arias Javaloyes, del Vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad de la UCM, la Universidad Complutense de Madrid.

“Seguramente no sea lo primero que uno piensa, pero la digitalización requiere que haya gente capaz de ejecutarla. La tecnología ha cambiado mucho en diez años, pero, en términos de plantilla, no hemos evolucionado de forma acorde. Por motivos económicos, se ha congelado la incorporación de personal nuevo a los centros en muchas áreas, pero se ha notado especialmente en lo tecnológico. Áreas clave como el multimedia, infraestructura (redes y servidores) o ciberseguridad, las tenemos infradotadas y sólo ahora empezamos tímidamente a incorporar nuevos trabajadores.

Aparte, ha surgido un nuevo ámbito como es el de la innovación docente. Tradicionalmente, esta innovación la realizaba el propio profesor, pero ahora es un perfil que pide especialización y profesionalización. Hablo de tener gente dedicada exclusivamente a orientar y enseñar al personal docente cómo mejorar en el uso de herramientas y qué métodos pedagógicos son más adecuados”.

Un cambio de paradigma educativo

La transformación digital del sistema educativo, por tanto, no solo pasa necesariamente por invertir en equipos o contar con docentes formados en nuevas tecnologías. La digitalización a la que se enfrenta la educación en nuestro país conlleva además reinventar los métodos y modelos de aprendizaje.

Así lo asegura Borja Garzón, digital Learning & Knowledge Manager en la Escuela de Negocios ISDI: “Estamos ante un momento único e histórico en el que está en nuestras manos reinventar el sistema educativo al mismo tiempo que el sistema profesional. De esta forma, pensamos que se debe empoderar a los profesores y profesoras así como a estudiantes, para ser el centro del diseño de un nuevo modelo educativo innovador y actual en un marco de digitalización de la sociedad. Al final, esto trata de personas, tecnología hay y es cuestión de coste y adquisición, por lo que lo que es necesario es talento y recursos humanos. A lo que se suma que no se puede parar el sistema educativo para reinventarse o adaptarse por lo que es necesario implementar iniciativas viables que vayan sumando iteraciones de valor para ir acercando y consiguiendo los principales objetivos que se marquen las instituciones. Para ello, estamos instituciones con experiencia para facilitar procesos no sólo con la tecnología sino también con las metodologías y procesos. Es momento de colaboración y co-creacción multidisciplinar”.

«Se debe empoderar a los profesores y profesoras así como a estudiantes, para ser el centro del diseño de un nuevo modelo educativo»

Pero, además de híbrido. ¿cómo debe ser ese nuevo modelo educativo? ¿Qué papel juegan las tecnologías en su diseño?

“Las TIC aplicadas a la educación permiten personalizar los contenidos y adaptar el ritmo del proceso enseñanza aprendizaje a cada estudiante. Este aprendizaje personalizado permite a los estudiantes convertirse en el centro de este proceso, avanzado y afianzado conocimientos a su ritmo y teniendo una visión de la enseñanza más atractiva y motivadora que la enseñanza tradicional”, explican desde la Universidad de Málaga.

“Se trata de crear entornos educativos más motivadores, efectivos y flexibles, incorporando todas las posibilidades que la tecnología ofrece como la gamificación, la realidad aumentada o la virtual. Debe afrontarse una digitalización de contenidos y recursos, más allá de la mera digitalización del libro de texto, para aprovechar todas las posibilidades de la digitalización”, opina Belén Espejo, de Telefónica Empresas.

Contenidos interactivos, experiencias inmersivas

“Nosotros estamos mejorando de forma masiva nuestras plataformas digitales. Nuestro campus virtual ya es probablemente la instalación más compleja de Moodle de toda España. Moodle es la plataforma elegida por casi todas las universidades. Tenemos cincuenta y cuatro máquinas que nos garantizan una disponibilidad constante de los servicios a estudiantes. Pero, además, estamos inmersos en varios proyectos para mejorar los servicios que ofrecemos, como el tener laboratorios virtuales, gestión del multimedia  o adquisición de varios servicios software para apoyo a la docencia. En este último apartado está el software para dinamización de clases usando cuestionarios o para realizar infografías. Se está haciendo una gran inversión y pensamos que esto se trasladará positivamente tanto al profesorado como al alumnado”, explican desde la Universidad Complutense de Madrid.

«Estamos inmersos en varios proyectos para mejorar los servicios que ofrecemos, como laboratorios virtuales, gestión del multimedia  o servicios software para apoyo a la docencia»

Cambios importantes que también están introduciéndose en la Universidad de Málaga: “El estudiantado de la enseñanza superior es nativo digital, y requiere de la institución una proceso de enseñanza aprendizaje personalizado, adaptado a sus necesidades y que avance a su ritmo. En esta línea y de forma paulatina, es fundamental abordar una transformación digital que permita cambiar las interacciones del proceso de enseñanza aprendizaje, fomentando la utilización de herramientas informáticas cada vez más accesibles y fáciles de usar. En la parte de contenidos docentes, se apuesta por la formación del profesorado en la creación de contenidos interactivos H5P que permite la creación de presentaciones dinámicas y la creación de salas de apoyo a la creación de contenidos avanzados donde se van a introducir tecnologías de realidad aumentada y realidad virtual. El acceso remoto a las aplicaciones informáticas que se usan en la docencia se consigue con el uso del PC Virtual. Desde una asignatura en el campus virtual se puede acceder a un escritorio remoto donde tiene instalados todas las aplicaciones que están disponibles en las instalaciones de la universidad. Además se está trabajando en dotar al profesor mecanismo de control de los equipos de los estudiantes”.

En la misma línea se sitúa el portavoz de ISDI que apunta cómo “a nivel de tecnología la principal demanda que estamos observando una vez “superada” la fase de adaptar la formación a escenarios en remoto, está siendo la digitalización de los procesos académicos cuidando la accesibilidad y la privacidad. Si sacamos de la ecuación TI lo que representa Edtech, estamos hablando de implementación de CRMs y gestión de registros académicos, matrículas, calificaciones, etc. En estos desarrollos tecnológicos lo que se busca es automatizar tareas repetitivas y de seguimiento que liberen de tiempo a los gestores académicos y puedan invertir más tiempo en lo importante: la actividad docente y curricular. Si por el contrario hablamos de tecnología educativa (Edtech), los esfuerzos están orientados a la digitalización de contenidos y la personalización del aprendizaje a través de contenidos siguiendo metodologías innovadoras como microlearning, flipped classroom y potenciar el aprendizaje colaborativo en remoto y presencial apoyado en herramientas y dispositivos digitales”.

Una digitalización desigual

No hay marcha atrás. La digitalización del sector de la educación es una realidad que, potenciada por la pandemia, no es opcional.

“Estamos observando que prácticamente todos los colegios y centros educativos continúan en esta senda que, por otro lado, ya no tiene marcha atrás, por el tipo de sociedad a la que nos encaminamos. Por lo tanto, el futuro de la educación es híbrido, con un equilibrio entre el contexto físico y el digital”, aseguran desde Telefónica Empresas.

De hecho, las ventajas que ofrece son muchas y, por ello, es una prioridad para cualquier institución educativa actualmente o, al menos debería serlo.

«Prácticamente todos los colegios y centros educativos continúan en esta senda que, por otro lado, ya no tiene marcha atrás, por el tipo de sociedad a la que nos encaminamos»

“La ventaja principal es la flexibilidad. El estudiante y profesor pueden tener ritmos diferentes. El estudiante acude a clase y trabaja lo que se le pide, pero, cuando vuelve a su casa, tiene a su disposición más herramientas para continuar con el aprendizaje. Antes teníamos los libros que había que revisar y entender. Ahora el estudiante tiene vídeos, grabaciones de las lecciones o material autoformativo. No sólo eso, tiene la posibilidad de llegar a sus compañeros y colaborar como si los tuviera enfrente a cualquier hora. El profesor sigue marcando el camino de aprendizaje con la organización de las lecciones y la preparación de ejercicios, pero ahora sabe que no sólo llega al estudiante durante la clase, sino que se puede ir más allá”, afirma Jaime Arias Javaloyes, de la UCM.

Aunque también, como él mismo explica tiene sus “desventajas”: “El inconveniente principal es la desconexión digital. La clase ya no se termina cuando se sale por la puerta y es algo más continuo”, añade.

Una desconexión complicada que también es necesario abordar (como en el fenómeno del modelo laboral híbrido) a la que se suma la falta de unidad. Las diferencias entre los propios centros educativos y cómo están abordando la transformación digital es evidente según Javier Martín, de Lenovo: “Los principales obstáculos que nos estamos encontrando dentro de la transformación digital en la educación pública es que cada Comunidad Autónoma tiene unas prioridades totalmente diferente a las otras. Con lo cual no encuentras una solución estándar para todas. Por lo tanto, tienes que asesorar de la mejor manera posible a cada una de ellas en función de las necesidades qué tienen”.

Una situación que, en opinión del portavoz de Lenovo, irá cambiando aunque la desigualdad marcará el ritmo. “Una vez España haya recibido los Fondos Europeos se podrán hacer las inversiones en la transformación digital del aula y desde Lenovo vemos que la tendencia será asignar al menos un 75% a las aulas para acondicionarlas al uso de las TIC. Aunque habrá que tener en cuenta, que esto dependerá de cada Comunidad Autónoma, ya que cada una tiene transferidas las competencias en materia de educación”.

«La tendencia será asignar al menos un 75% de los Fondos Europeos a las aulas para acondicionarlas al uso de las TIC»

Algo en lo que coinciden desde ISDI: “El principal obstáculo es la falta de un marco común de transformación digital de la educación bajo la que desarrollar los proyectos en los centros educativos. El contar con procesos burocráticos y marcos legales rígidos no está ayudando a la flexibilidad necesaria que precisa la transformación digital que debe ser personalizada a cada momento y lugar en el que se encuentra la gran diversidad de todos los centros educativos de España”.

Con disparidades geográficas pero con un objetivo común: el sector educativo camina hacia la transformación digital sin duda. Un cambio, con la tecnología como eje vertebrador, que también requiere de nuevos modelos de aprendizaje que permitan conjugar mejor formación y el mercado laboral, algo esencial para el futuro de nuestro país.

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