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¿Cómo debe ser la Administración Pública del futuro? ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta en su apuesta por la innovación? A estas y otras preguntas trata de responder la Fundación Novagob en su informe “Una Administración innovadora a partir de 2021”. 

Un informe en el que, a partir de las respuestas de 316 personas, el 83% de ellas pertenecientes a la propia Administración Pública, se extraen cómo urgentes algunos retos.  

El primero de ellos, simplificar la gestión administrativa y reducir la burocracia, muy ligado a los dos siguientes, hacer realidad la interoperabilidad y facilitar la relación telemática con toda la ciudadanía.  

Tener una estrategia, con objetivos claro, en el que se evalúen las políticas públicas y los resultados logrados, es el siguiente escalón en el camino hacia la Administración Pública innovadora, según el informe de Novagob.  

Le siguen el garantizar la ciberseguridad junto a la digitalización y el asegurar una gestión pública ética, con valores de servicio donde se apueste por el reconocimiento en la gestión de personas.  

Así, además de prestar servicios de manera proactiva y automática al ciudadano, Novagob resalta también la importancias de la formación del propio personal de la Administración, dotándole de habilidades digitales y conocimientos tecnológicos.  

En ese sentido, Máximo Fraile, vicepresidente de la Fundación NovaGob, explica cómo esa Administración Pública “debe atraer, implicar desarrollar y retener el talento de las personas que trabajan en ella”. 

Una AA.PP. “con el tamaño (en distintos niveles) suficiente para prestar los servicios del Estado de bienestar; capaz de recaudar los impuestos, evitando el fraude fiscal; que preste los servicios de manera proactiva, recogiendo y tratando de forma automática los datos necesarios para ello; nos apoye para evitar el fracaso de nuestros jóvenes en sus estudios; y nos ayude a promocionar hábitos de vida saludables junto al tejido asociativo y muy especialmente entre los menores de 18 años; en la que todas las personas tengamos los mismos derechos y oportunidades de acceso a los recursos públicos y a la información”, afirma.  

La Administración Pública “debe atraer, implicar desarrollar y retener el talento de las personas que trabajan en ella”

Por su parte, Carmen Cabanillas, presidenta de la Asociación Profesional de Cuerpos Superiores de Sistemas y Tecnologías de la Información de las Administraciones Públicas (ASTIC), señala en el informe cómo, “hay tres elementos clave para impulsar organizaciones cada vez más líquidas y que se transformen de forma alineada con la demanda de la sociedad”. 

El ciudadano en el centro

Así, para ASTIC, en primer lugar, para avanzar en esa Administración Pública innovadora “es vital comprender lo que necesita el ciudadano y progresar en la mejora de su experiencia digital al interactuar con la Administración, modelo ciudadano 360º».

En segundo lugar, señalan «es ya un hecho la cohabitación entre personas y tecnologías de inteligencia artificial ante los enormes retos que se ciernen sobre las organizaciones y el mundo en general, superando la automatización.

En tercer lugar, la colaboración entre las propias organizaciones públicas y sus grupos de interés, que permitirá revelar y aplicar todo el potencial de las tecnologías de la información, así como acortar los ciclos de innovación”. 

La misma línea argumental sigue Ángel Gil, presidente de la Asociación Nacional de Responsables, Expertas y Expertos en gestión de personas en la Administración Local (Anexpal) que además reconoce que “lamentablemente, nuestras herramientas de gestión de personas siguen ancladas en el pasado, son insuficientes e inadecuadas para los nuevos retos”. 

Por ello, asegura, “reflexionar sobre la mejora de la gestión de personas en las Administraciones Públicas y colocarlas en la agenda pública es imprescindible”. 

Talento digital e innovación

Así, en opinión de Ángel Gil, “una Administración inteligente e innovadora precisa buscar y captar talento, desarrollar sus capacidades, alinearlo con los objetivos organizativos, aprovechar y gestionar el conocimiento que genera o que atesora, garantizar su transferencia y su utilidad, y que ese talento se sienta reconocido y recompensado. Y debe hacerlo de forma consciente y ordenada, coherente con sus objetivos”. 

Una visión abierta es lo que destaca Joaquín Meseguer, director general de Transparencia de la Junta de Castilla y León, que, en el informe de Novagob afirma que “no es imaginable una Administración que no incorpore como un valor en sus decisiones la opinión de aquellos a los que debe servir, ni que comparta con ellos mismos la información y datos que genera en el ejercicio de sus competencias”. 

Por ello, asegura que “necesitamos, sí, más tecnología e innovación en la Administración, pero no nos olvidemos de empaparla no solo de Inteligencia artificial y Algoritmos, sino también de ética, que es a aquellas, como el alma al cuerpo”. 

Reflexiones que deben convertirse en hechos y en los que hay que ponerse a trabajar ya, sin perder más tiempo. Algo que remarca señala Concepción Campos, presidenta de la Asociación Mujeres en el Sector Público.

Para Campos, «se trata de pasar del «thinking al doing», de dejar de sublimar buenos deseos, magníficas intenciones y discursos de resiliencia, para abordar acciones concretas. Si algo da sentido al sector público es la garantía y defensa de los derechos de las personas, de todas las personas, en cualquier condición y lugar, expresión máxima del derecho de igualdad. Después vendrá todo lo demás”. 


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