María J. García Rodríguez, directora TI de la Universidad Autónoma de Madrid, la UAM

“A pesar de los fondos europeos, la disponibilidad presupuestaria de las universidades sigue estando muy ajustada”

La fotografía de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) la componen siete facultades y una escuela politécnica, varias sedes repartidas por Madrid y una comunidad de más de 62.000 personas, entre estudiantes personal docente e investigador, personal de administración y servicios, investigadores y colaboradores externos, personal de la fundación y antiguos alumnos.

La pandemia supuso, sin duda, un antes y un después en su digitalización y de ello hablamos con María José García Rodríguez, la directora de TI de la Universidad. Pero también analizamos apuestas de futuro como la adopción de cloud o la importancia estratégica de unas políticas férreas de ciberseguridad.

¿Cómo es actualmente la infraestructura básica de TI sobre la que se sustenta la actividad de la Universidad y que usted gestiona? 

Nuestro diseño tecnológico es similar al de otras infraestructuras de dimensiones parecidas a las nuestras: comunicaciones, sistemas, soporte a aplicativos y atención a usuarios. Este modelo sostiene las actividades docentes y administrativas. Los requerimientos tecnológicos que demanda la investigación no recaen bajo mi dirección pues sus necesidades son muy diferentes y, además, son cambiantes de acuerdo al desarrollo de los proyectos. A pesar de ello, sí compartimos las comunicaciones que nos conectan a la red autonómica Redimadrid, que a su vez nos da acceso a la red académica y de investigación española, RedIRIS.

Movilidad, IA, Cloud… ¿Cuáles son las tecnologías que marcan el futuro (o el presente) de la Universidad?

Pues muchas de ellas pero no en todos los casos. En lo que respecta a cloud, por ejemplo, somos más partidarios de un modelo de cloud privada con nube pública de apoyo para afrontar situaciones de desborde en momentos concretos. La hiperconvergencia también es presente. Actualmente estamos instalando una plataforma que dará servicio a los laboratorios docentes de la Escuela Politécnica Superior y que estrenaremos en breve, a lo largo del presente curso.

Por otra parte, respecto a movilidad, el curso pasado comenzamos a distribuir una aplicación para facilitar la comunicación entre la comunidad universitaria. No tanto para labores docentes, pues para eso ya existen otros canales, sino para comunicaciones institucionales entre los distintos colectivos. Esta aplicación móvil además es el carnet universitario que permite a los estudiantes el acceso a determinados servicios tales como la biblioteca de la Universidad.

El ámbito educativo no escapa a la digitalización en la que estamos inmersos como sociedad. ¿Cómo afrontó, por ejemplo, la Universidad Autónoma la educación online a la que nos obligó la pandemia a nivel tecnológico? ¿Qué proyectos tiene en ese sentido con la modalidad elearning ya asentada? 

El periodo de confinamiento, visto ahora con la perspectiva del tiempo, empujó la transformación digital de la institución como no se había logrado en varios años. Aunque también hay que decir que requirió un enorme esfuerzo del equipo de tecnología. El primer efecto positivo que se produjo fue demostrar al usuario que no es necesaria la presencialidad para la mayoría de las asistencias técnicas. Hasta entonces, lo habitual era que un técnico se desplazara siempre a los despachos para solucionar cualquier incidencia y esa costumbre era dificil de cambiar. Actualmente, esas asistencias se prestan mediante soporte remoto, sin resistencias ni suspicacias de los usuarios, lo que ademas, obra en favor del teletrabajo.

Respecto a la docencia, a día de hoy la UAM ha vuelto a la totalidad de clases presenciales pero ahora los docentes cuentan con la posibilidad de impartir una clase en modalidad híbrida, si lo consideran oportuno. Esta opción ni siquiera se planteaba antes de la pandemia. En otras áreas universitarias, las reuniones online ya son el modo habitual de reunión para muchas comisiones y mesas de trabajo.

Señala los principales beneficios de esa digitalización pero ¿cuáles serían los principales retos u obstáculos que han encontrado?

Los fondos europeos y en concreto los programas Unidigital, nos están dando la oportunidad de poner en marcha varios proyectos relativos a la formación y certificación en competencias digitales. Varios de ellos son proyectos colaborativos entre varias universidades.

El reto que presentan estos proyectos es la coordinación de la variedad de perfiles que han de participar en ellos: docentes, técnicos de audiovisuales y de sistemas, incluso expertos en diseño y marketing. Una vez en marcha, también es importante contar con la analítica de los datos de aprendizaje para la mejora continua de estos cursos.

¿Es posible la motivación del alumno o la monitorización de sus progresos, la evaluación de conocimientos, etc. en ese entorno digital? ¿Qué tecnologías ayudan a lograrlo?

Si por supuesto, para lograr el éxito de un programa es importante acompañar al estudiante a lo largo del curso, de manera que pueda afrontar con garantías los desafíos y necesidades de la docencia digital. Para ello, la UAM pone a disposición de sus estudiantes un campus virtual y una plataforma de comunicación con su profesor.

Como complemento, la UAM dispone de una plataforma de docencia online basada en openEdx (el sistema que soporta los cursos MOOC de edX), que permite realizar pequeñas formaciones específicas al ritmo que cada estudiante desee.

-¿Qué estrategia de ciberseguridad tienen en la Universidad?

La estrategia en ciberseguridad de la UAM, como la de cualquier administración pública, se fundamenta en los principios básicos del Esquema Nacional de Seguridad. Por tanto, la seguridad forma parte de la institución como un proceso integral.

Es un hecho que la seguridad completa no existe y, por lo tanto, la gestión de riesgos es parte esencial del proceso de seguridad de la Universidad. La gestión de los riesgos permite el mantenimiento de un entorno controlado, minimizando los riesgos a niveles aceptables.

Desde hace años contamos con un departamento de seguridad (CERT-UAM), cuya misión principal es prevenir, detectar y responder eficazmente a los incidentes de seguridad que puedan materializarse sobre los sistemas de información de la UAM.

Para esa transformación es básica las habilidades digitales, la formación en tecnología de los propios empleados. ¿Hay suficiente talento digital en la AAPP? Y de no ser así ¿cómo cree que podría atraerlo la empresa pública?

La UAM es una institución que supera los 50 años de antigüedad. Este hecho implica que algunas formas de hacer las cosas están muy arraigadas, es la cultura de la Universidad.

Como es conocido, un cambio cultural implica la superación de obstáculos. En este sentido, la Universidad lleva varios años modernizando procedimientos. Este proceso de mejora continua se ha visto acelerado últimamente por la incorporación del teletrabajo, pues está ayudando a que los empleados enfoquen la tecnología de forma positiva, y no tanto como algo que les viene impuesto. 

«La incorporación del teletrabajo está ayudando a que los empleados enfoquen la tecnología de forma positiva, y no tanto como algo que les viene impuesto»

Como responsable de tecnología de una empresa pública, ¿cree que por fin, sobre todo a raíz de la pandemia, se ha dado a la tecnología el valor que tiene?  ¿Y a la figura que usted representa?

En líneas generales, creo que la UAM sí valora el trabajo que realiza Tecnologías de la Información para su comunidad universitaria. Prueba de ello fue el premio Alumni 2021 que nos otorgó la Escuela Politécnica Superior, por el trabajo desarrollado durante la pandemia.

Pero, por otra parte, los usuarios se han acostumbrado a que la tecnología esté siempre funcionando, todos los días y a todas horas. Es algo que está ahí y que solo se aprecia cuando algo falla.

Una labor que considero fundamental en el desarrollo de mi trabajo es dar visibilidad a la comunidad universitaria del trabajo que desarrolla Tecnologías de la Información, empleando un lenguaje comprensible por perfiles no tecnólogos. Cuando llevamos a cabo actuaciones que implican molestias al usuario, me parece importante explicar los motivos que implican un corte de servicio. También detallar las mejoras que vamos a desplegar. En la misma línea, estoy impulsando un proceso de mejora de la información al usuario mediante infografías, incluso recientemente hemos puesto en marcha un chatbot dedicado a consultas técnicas.

Otro aspecto menos gratificante de mi labor es la gestión del presupuesto. A pesar de la llegada de los fondos europeos, la disponibilidad presupuestaria sigue estando muy ajustada, pues esos fondos están destinados a proyectos de campos muy concretos y no permiten dar soporte a actuaciones de mejora de infraestructuras básicas que precisamos actualizar.

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